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LEFTOVERS

Siempre me gustaron las cámaras. Me gustaba fotografiar, captar momentos (tanto casuales como buscados, intencionados). Lo consideraba, y considero, un mundo infinito con infinitas posibilidades de creación, un medio de expresión más, con sus "movidas técnicas" y tantas cosas que aprender para apasionarte más y más por buscar una estética afín a ti.

Sin embargo, no fue hasta hace poco que comencé a filmar, y descubrí otro mundo incluso más inmenso. Descubrí un arte que estaba pasando más por alto de lo que merecía, descubrí qué se siente cuando eres tú misma quien crea algo capaz de llegarte a todos los sentidos, capaz de transportarte, de emocionarte, cuestionarte, superarte, recrearte. Para mí, una de las artes que más me permite crear. Y me encanta la creación.

Hoy mezclo estas dos cosas que, cada una en su medida, me acompañan (y acompañarán, seguro) en mi vida: la danza y la filmación.

Por eso, si me preguntas que aprendí, te respondo con esto. El descubrimiento de un mundo que en parte desconocía, y el hambre de conocer y aprender más sobre él. Si no fuese por haberlo conocido a esta distancia, probablemente estaría menos guiada. Ahora sé a dónde me quiero dirigir. Así que gracias.


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Realidad...y ficción Para los que hayáis visto mi vídeo, os daríais cuenta de que yo salgo en el, ¿no? Pues lo hice con el motivo de reforzar la idea que pretendía transmitir, de reforzar esa observación... Y eso es la parte de ficción, y costó hacerlo seriamente por lo que vais a comprobar ahora, jajaja. Pero el resto es real, la gente que pasa sin más, la que tuerce la cabeza adivinad para qué: sí para observar, la que se gira hacia la cámara (extrañada, supongo) también. Incluso Stefanía estaba dibujando de verdad.  Hechos reales. A tiempo real. "Al estilo Lumière".
Existe una tensión desde el momento que damos un par de pasos: se nos pasan por la cabeza todas y cada una de las cosas que nos dijeron, que nos advirtieron, las noticias que leímos, que escuchamos, las amenazas que recibimos, que vivimos. Pulso acelerado y respiración agitada, inevitablemente, hasta que llegamos.